A (en la foto) me cuenta que está enamorado de J. Que llevan juntos desde el día en que se conocieron que, dicho sea de paso, fue el uno de septiembre.*
Pero hay un pero.
J aún no le ha dicho que lo quiere. Esto, para A, es importante aunque, si le pregunto, no sabe responder porqué. Quizá sólo sea que A sí quiere a J y que lo sabe desde el primer momento.
Me cuenta que, en su película favorita, el protagonista opina que debería haber una palabra para designar ese sentimiento que nos ocurre cuando queremos querer a una persona. Algo así como pre-querer.
Para intentar consolarlo, le explico que tampoco hay, y si la hay, no la conozco, una palabra que defina esa otra realidad de querer cuando ya no. De querer todavía.
*Conocerse un uno de septiembre es algo que, estaréis de acuerdo, sólo tiene ventajas.