Aunque alguna noche haya visto a una mujer, son hombres la mayoría de los que habitan los cajeros de la avenida.
A veces los he encontrado durmiendo juntos de dos en dos, incluso metidos en el mismo saco. Al principio me extrañaba un poco, pero luego entendí que eso no tenía porqué significar nada. Me refiero a nada más allá de lo evidente.
El frío, otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario