Yo te digo que el diecisiete hay un concierto de Javier Álvarez en Madrid, que si te animas y nos vamos los dos. Tú me dices que no lo sabes pero que Javier Álvarez tiene una canción que te gusta mucho y me dices que me la vas a enviar por correo electrónico. Yo te pido que sobretodo me envíes la letra. Tú me envías la canción pero me dices que la letra es muy difícil de encontrar.
Yo escucho la canción y, mientras busco la letra por internet, empiezo a envidiar a los protagonistas de la historia. Menos mal que al momento me doy cuenta de que también yo soy el protagonista de mi propia historia. Es entonces cuando recuerdo que ya una vez había buscado la letra de esta canción.
Dejo de buscar en internet para buscar en la bandeja de salida de mi buzón de correo electrónico y ahí está. Fue hace algo más de dos años. Tú me enviabas la canción y me decías que aunque no eras capaz de encontrar la letra, se trataba de la mejor canción de amor del mundo. Aunque bueno, luego, al final, admitías que quizá estabas exagerando un poco. Yo no me acuerdo cómo, pero encontré la letra en internet y te la envié.
Esta tarde, mientras te reenvío el correo de entonces, soy consciente de que también tú y yo tenemos nuestra propia historia. Y hasta me estoy planteando que la canción de Javier Álvarez pueda ser, ¿porqué no? la mejor canción del mundo.
Foto: Faro de El Rompido (Huelva), 8 de enero de 2011.