Anoche un amigo pronunció su discurso de ingreso en una institución y habló sobre la Micrología o el arte de lo pequeño. Yo me sentí muy identificado porque desde hace algunas semanas lo único que realmente quiero es aprender a hacer barcos de papel y eso, en realidad, no debe ser una gran empresa.
Hace tiempo que lo sé. Que la felicidad existe y que es exactamente ahí, en lo minúsculo, donde reside.