jueves, 16 de enero de 2014

311. SOY UN FRESCO.

Hace unos días, mi amigo Salva me envió las bases para participar en una convocatoria para artistas noveles y emergentes, denominada Obra Fresca. Y dije sí.

Leyendo las bases me encontré con expresiones como "inquietud experimental" o "no os cortéis". Y dije sí.

Esto por no hablar de la carta al director que había leído por la mañana, sobre la hoja (de árbol) que llegó por correo desde Tailandia hasta Granada, para la convocatoria Esperanza Recuerda, en la que, por cierto, yo también había participado. Y dije sí, sí, sí.

Pero luego llegué a Correos, con la bandejita de poliespán franqueada y me dije no, no, no. Y me morí de la vergüenza. Y me acordé de mi amiga Carmen Herrera y de cómo ella piensa que el cartero de su pueblo, cada vez que recoge del buzón uno de sus envíos de mail art debe pensar  algo así como "¡Vaya, ya está aquí otra vez la loca esta". 

Mañana se inaugura la exposición y me imagino que, en breve, nos enteraremos de si la obra llegó o no llegó.

Yo estoy expectante. Para ver si el experimento funcionó. Y para comprobar si sigue vigente mi teoría, inventada, sobre la buena suerte de los números capicúas. 

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