Hasta ahora, casi todo, había sido un poco extraño.
Y aunque todavía no sepa por qué ventanas entra el sol ni a qué hora. Ni sepa si los niños que a veces oigo son de enfrente o son de al lado. Aunque aún no haya decidido qué mantener y de qué desprenderme.
He tenido que irme y he tenido que volver para saber que esta casa va a ser mi casa.
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