Estaba tocando empezar a volver. No sabía cómo hacerlo, así es que he dejado de pensarlo y he simplemente vuelto.
No traigo fotografías de este viaje. Me refiero a ese tipo de fotografías que dan fe de las maravillas del destino o de lo bien que lo hemos pasado.
He vuelto, sin embargo, a experimentar el placer de la observación de los desconocidos. De fotografiar a los desconocidos.
Además he leído un libro de un médico japonés que defiende que el secreto está en dejar atrás la carne, los lácteos e incluso el té verde. Lo he leído muy atentamente y ahora me planteo alimentarme sólo de semillas.
Es verdad que también me planteo volver al psicoanalista, pero antes, por si acaso, he vuelto.
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