Recuerdo perfectamente la mañana que dediqué a producir este poema.
Asumí, como un desafío, ser capaz de presentar alguna propuesta, más o menos digna, para un proyecto que organizaban unos artistas de Cuenca en torno a un tema - a primera vista tan peregrino- como piña y corteza.
Aunque le di algunas vueltas y pese a que el estudio y las herramientas quedaron bastante pringosos, nada más terminar estuve seguro de que el reto había merecido la pena.
Ellos debieron pensar más o menos lo mismo y el caso es que mi Poema Perecedero fue seleccionado y recientemente publicado en el fanzine Piña y Corteza, editado por Lamosa.
Ni que decir tiene que, desde aquella mañana, guardo el poema en el congelador.
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