No necesito esperar a que llegue el cinco de septiembre para proclamar, una vez más, mi profunda admiración por Nicanor Parra. Creo, y no soy el único, que Parra es el auténtico acontecimiento en la poesía del siglo XX.
Por eso, aunque no me molesta que, con motivo de su cien cumpleaños, el chileno se vaya a convertir en trending topic por unas horas, reconozco que desconfío de los calificativos que, referidos a su obra, veremos y oiremos en los próximos días.
Es, más o menos, lo que ocurre si recibes un ramo de rosas el catorce de febrero. No es que esté mal, pero el amor, por definición, se celebra cada día.
(De la foto, sólo decir, que es la puerta de entrada a la casa del poeta, en Las Cruces. Y que la hice yo. No la pintada, sino la foto).
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