Corría el año dos mil trece y esto ocurría los domingos por la mañana.
En aquéllos días cambié la cama por el sofá y el café por las cafeteras. Fue la época en que compré una alfombra roja y de las flores frescas de cada sábado.
No era fácil leer a Huidobro con la música de fondo, siniestra, de mi pecho cerrado.
Cómo no fue fácil entender que bastaba un suspiro para volver a abrir la puerta que el huracán había cerrado.
El paracaídas es mi contribución al proyecto de mail art RAY OF LIGHT organizado por Edition Janus (Berlín).
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