No deberían cerrar las librerías.
(Y perdón por la rima).
Ni los cines.
No deberían cerrar los cines.
No deberían los teatros del centro
convertirse en tiendas del grupo Inditex.
No deberían.
(Y perdón por la rima).
Ni los cines.
No deberían cerrar los cines.
No deberían los teatros del centro
convertirse en tiendas del grupo Inditex.
No deberían.
Como no deberían
morir los poetas.
Nunca se me olvidará mi primer libro de la editorial Hiperión.
Fue el Cuaderno de Nueva York, de José Hierro. Por eso, el viernes, me dio tanta pena ver esa lona negra ocupando todo el escaparate de la tienda. Y eso que no todas las librerías pueden presumir de tener enfrente la Embajada de Francia. Con lo cultos que son los franceses y con todos los libros que deben comprar en la hora del desayuno.
Aunque, en el fondo, espero que todo esto no sean más que imaginaciones mías y que se trate sólo de una remodelación del local.
morir los poetas.
Nunca se me olvidará mi primer libro de la editorial Hiperión.
Fue el Cuaderno de Nueva York, de José Hierro. Por eso, el viernes, me dio tanta pena ver esa lona negra ocupando todo el escaparate de la tienda. Y eso que no todas las librerías pueden presumir de tener enfrente la Embajada de Francia. Con lo cultos que son los franceses y con todos los libros que deben comprar en la hora del desayuno.
Aunque, en el fondo, espero que todo esto no sean más que imaginaciones mías y que se trate sólo de una remodelación del local.
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