Hay un chico que envuelve su corazón con cada hoja que escribe,
que regala sus palabras afables y que compra un ramo de flores
para echar al buzón poemas dirigidos a personas que no conoce.
Hay otro chico que mira hacia al cielo y hace fotos a los puentes,
a los aviones y a otros aspectos que ocurren en las alturas,
como las antenas, las azoteas o las hileras de ropa tendida.
Hay un tercero que bebe el zumo de las palabras que exprime,
buscando acepciones o inventando -porqué no- palabras nuevas.
Poeta transgénico con nube de tinta pintada en el pecho.
Hay también una chica que juega al fútbol los domingos,
deja su currículum en los escaparates de negocios ya quebrados
y saca a pasear a su perro, vistiendo con sus ojos las calles de azul.
Gracias Beltrán, es precioso. Lo acabo de subir a nuestro blog.
ResponderEliminarUn saludo.
Felipe (de aina libe)