También recuerdo como intentamos arreglarlo.
Nosotros, que no sabíamos que la confianza era un asunto irreversible, una suerte de virginidad que no puede volver a entregarse.
Por más que nos esmerábamos en unir las piezas, siempre quedaba algún espacio entre trozo y trozo.
Nosotros, entregados a la acción de pegar, hasta entender que pegamiento era la suma de pego y miento.
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Todos los trozos del vaso no son el vaso entero es la segunda de las dos fotografías con las que colaboro en el proyecto Postales desde el Limbo que se celebrará entre los días 14 y 17 de noviembre en Zaragoza.
Tendrías que hacer un libro con todas las entradas del blog, el texto con su correspondiente foto. Se disfrutan mucho tus entradas (aunque no escriba en todas por no saturar o que a veces te quedas sin qué decir o pondría un tocho...).
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras Saray. Me hace mucha ilusión saber que sigues entrando por aquí y sobre todo que dejes tu huella. Eres el primer comentario en el blog desde hace varios meses. Un abrazo.
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