Una de las sorpresas de este verano ha sido la visita, inesperada, a la exposición sobre el libro de instrucciones y dibujos Grapefruit, de Yoko Ono, en el Moderna Museet de Estocolmo.
Yo conocía a la Yoko Ono viuda pero no a la Yoko Ono artista, por eso me sorprendió tanto y hasta me atreví a participar en una de las acciones propuestas.
La acción consistía en escribir mi sueño del verano en una pared lejana del museo, para que el sueño se cumpliera.
Y el sueño se ha cumplido.
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