domingo, 6 de febrero de 2011

92. APRENDIENDO A PERDER.




(Para Mariana).




Hace días que estuve a punto de subir un poema que consistía, más o menos, en hacer pública mi lista de sueños. Ahora me alegro de no haberlo hecho, pues hoy he sabido que el sueño que la encabezaba ya no se hará realidad.

Lo primero que se me ha ocurrido ha sido en subir otro poema que consistiera, más o menos, en hacer pública mi lista de sueños no cumplidos, pero después he pensado que para qué, y que era mucho más práctico intentar recuperarme lo antes posible.

Así es que me he puesto a buscar en la lista de cosas que me hacen feliz y he optado por elegir algo fácil: reparar alguna avería doméstica. Entonces me he acordado de mi descuajaringada máquina cortapelos y me he puesto a arreglarla.



Foto: mi máquina cortapelos arreglada.

3 comentarios:

  1. A veces pienso que tu poesía es tan delicada porque sólo usas la letra P para cuando quieres truncar tus frases.

    O quizás sea casualidad.

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  2. Una lección de vida estupenda.
    Me encantó la reflexión.
    Un abrazo, Beltrán.

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