miércoles, 22 de diciembre de 2010

89. LA NOCHE MÁS FRÍA.


Esta noche tengo frío.

Más que los mendigos que duermen en la calle
debajo de los soportales o en el interior de los cajeros
bien iluminados de la avenida.

Más que el alpinista que a ocho mil metros de altura
pierde al resto de la expedición y a cada hora que pasa
pierde también la esperanza.

Más que decenas de africanos que enfermos y asustados
maldicen su mala suerte a bordo de una patera
perdida en mitad del océano.

Más que el recién nacido que es dejado por
su propia madre
dentro del contenedor de la basura.


Esta noche tengo más frío que todas las noches
de todos los inviernos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

87. ¿QUÉ SIGNIFICA UN AÑO DE AMOR?


Al cactus del lavadero
le han empezado a brotar
las flores fucsias
de todos los inviernos.

Hace días que las naranjas
han recuperado
su sabor a naranjas.

Y hace mucho frío.

También, a partir de ahora,
empezarán a llegar los días
que por primera vez, ya antes,
hemos vivido juntos.

martes, 23 de noviembre de 2010

86. CUMPLEAÑOS.

Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.



(Un poema del maestro, Ángel González)

miércoles, 17 de noviembre de 2010

85. 6:40 A.M.

Esta mañana, mientras desayunábamos a las siete y cinco en el bar de mi calle, hemos sido conscientes de que la gente normal se levanta un poco más tarde que nosotros.

Yo tengo mi propia teoría : cuanto más pobre más madrugas, aunque, por eso de empezar bien el día, he preferido guardármela.

El caso es que odio levantarme temprano. No sé si esto tiene algo que ver con lo que hago después, durante las ocho, diez o doce horas siguientes a salir de casa.

Porque a mí lo que de verdad me gusta es que me despierte el gallo. Y volverme a dormir. Y que vuelva a cantar. Y volverme a dormir. Y que vuelva a cantar.

Y que, mucho rato después, nos demos la vuelta y que nos encontremos y que hablemos de cualquier cosa. Y no levantarnos nunca.

martes, 16 de noviembre de 2010

84. POESÍA EXPERIMENTAL.

Este es mi primer poema visual.

Lo elaboré el pasado lunes mientras cenaba en un restaurante japonés y está realizado a base de separadores de sushi, wasabi, jengibre, habas y limón.

Si algún día se expusiera, supongo que el galerista le pondría un cartelito que diría algo así como Poema Visual, Beltrán Laguna 2010, Técnica mixta sobre salvamantel.

Aunque esto es hablar por hablar, porque mi primer poema visual lo recogió la camarera, junto con el resto de platos sucios, y lo tiró a la papelera.

lunes, 15 de noviembre de 2010

83. TENTATIVA.


Vivo en un bloque de gente bien. Gente que cuando hace una obra encarga una estructura de madera para revestir el ascensor por dentro y protegerlo así de los rasguños que se pudieran producir debido al movimiento de materiales de obra y escombros.

Desde que vi aquella madera por primera vez, me dije que iba a escribir en ella uno de mis poemas. Uno de los que ya te había dedicado en el blog o incluso uno nuevo, diseñado especialmente para ese espacio.

La estrategia era aprovechar algún día de los que te quedabas a dormir, levantarme en mitad de la noche y sin que tú te dieses cuenta, salir hasta la escalera para perpetrar tu poema.

Hasta que un día la obra del octavo terminó y retiraron la madera, casi tan nueva como la habían colocado algunas semanas antes.
Sin rasguños y sin poemas.

Y es que, por muy poeta que yo me declare, en el fondo no soy más que un chico bien.

La foto es del ascensor de mi bloque.

sábado, 13 de noviembre de 2010

martes, 19 de octubre de 2010

80. EPIDEMIA.



Hace días que percibo una oleada de pesimismo a mi alrededor.

Un sentimiento, casi imperceptible, que se propaga poco a poco y que se cuela por todos lados.

Las casas, los centros de trabajo, los supermercados y hasta el estudio desde el que se emite la tercera edición del telediario.

Algo así como una epidemia imparable de tristeza colectiva.




La foto está hecha en Córdoba, hace unas semanas.

sábado, 9 de octubre de 2010

78. LISBOA; QUE BIEN LISBOA.



Estimado Beltrán:

Esta mañana en el trabajo me preguntaron si el lunes "hacía" puente o no. Ya ves, ni sabía que era doce de octubre, pero entonces pensé en ti, y en que no puedo seguir siendo así . Te prometí un correo de Lisboa que compensara el que nunca te escribí sobre la playa. Y aquí estoy, sin saber bien qué decir.

No sé si conoces Lisboa pero no hay mucho que se pueda contar. Eso es, al menos, lo que pienso yo. Lisboa te encantará (o no) , pero si es que sí, lo será desde el principio, desde la primera vez que le preguntes a alguien cualquier cosa y reconozcas la amabilidad, y - a partir de entonces- ya no necesitarás más.

Anda mucho, y pregunta. Es muy fácil, el centro, el barrio alto, la zona del castillo, y mogollón de sitios que tendrás que descubrir tú, pero lo más importante es andar, y mirar para todos lados, y sentarte y disfrutar.

Así será tu Lisboa, que es lo que realmente importa. En las guías o en internet te dan muchos más datos, pero yo no me veo capaz. Te copiaré, por si acaso, el final de una película que detesto, pero esta parte es genial.

Un beso. Espero que estés contento.

http://www.youtube.com/watch?v=dMi6nSK4AQY

Monta mucho en tranvía e intenta pararte en todas las paradas de metro. Cada una es especial.


"Lisboa; qué bien Lisboa" es un poe-mail de mi amigo antihéroe. Podéis leer más sobre él en su página http://www.fotolog.com/elantiheroe


La foto es de esta tarde. Pese a que está lloviendo, hay ropa tendida en Lisboa.

miércoles, 6 de octubre de 2010

77. NOSOTROS DOS.



Lo último que he leído es el libro de relatos “Once Maneras de Sentirse Solo”, de Richard Yates.

Aunque en un primer momento no le presté demasiada atención al título, después he pensado que la mención al once quizá no tenga tanto que ver con el número de relatos del libro sino con el propio sentimiento de soledad.

Si buscas once en la wikipedia, te dirá que es un número primo y que, como consecuencia de la traición de uno de los doce Apóstoles, su utilización ha sido descartada de la simbología cristiana.

Si lo buscas en el diccionario, te dirá poco más que once son diez más uno.

Luego están los que dicen que si lo que pasó el 11S o que si lo que pasó el 11M.

Yo tengo mi propia teoría, y es que la tragedia del once radica, simplemente, en estar formado por dos unos. Algo así como lo que nos pasa a ti y a mí cuando dejamos de ser nosotros.

viernes, 1 de octubre de 2010

76.POEMAS DESEDITADOS.


Ayer, el último día del plazo, envié mi poema número 55 a un concurso. Las bases establecían, entre otros requisitos, que las obras debían ser inéditas, por lo que he borrado el texto del blog. Al final he optado por no eliminar la entrada por completo, para no tener que renumerar el resto de poemas y, sobretodo, para no perder los comentarios.

Además, he creado una nueva etiqueta para estos casos: poemas deseditados.

No creo que conceptualmente sea posible deseditar un texto ya publicado, de la misma manera que los niños, una vez en el mundo, no pueden regresar al cuerpo de sus madres. Por lo pronto, e
l término no viene recogido en el diccionario, lo que lejos de preocuparme me llena de esperanza.

Y es que, si yo fuera uno de esos poetas capaz de inventar palabras, poco me importaría ya perder todos los concursos a los que presento mis poemas.

jueves, 23 de septiembre de 2010

75. ENFERMO


A veces enfermo de silencio.

Primero oigo un golpe seco,
que me cierra la puerta por dentro.

Después, siempre es lo mismo:

incapaz de pronunciar palabra
contemplo una vez más
cómo se apagan, una a una,
todas las luces de la casa.

martes, 31 de agosto de 2010

74. LO QUE YA NO SIRVE.


Hace tiempo que atesoro una nueva afición. En la cola del supermercado busco por el suelo las listas de la compra de los que ya han pasado por caja.

Me encanta observar la variedad de papeles o cartones en los que la gente las escribe. Las abreviaturas, los tachones, las faltas de ortografía. Las diferentes formas para referirse a un misma cosa.

Me imagino, entonces, a la persona que las escribe. Valoro, por los productos, si lleva o no una alimentación equilibrada, si tiene una mascota o si hay niños viviendo en casa. Pienso en si habrá olvidado algo y tendrá que volver mañana.

Esto, en el fondo, me produce mucha pena. Siempre aparecen tiradas por cualquier lugar, pisadas por otros compradores. La costumbre de desprendernos de lo que ya no sirve.

Por eso las recojo. Me las meto en el bolsillo y, cuando llego a casa, las tiro en la papelera.

miércoles, 18 de agosto de 2010

73. MIENTRAS TANTO CÓGEME LA MANO.


Pocas veces empiezo y termino un libro en el mismo día. Eso sólo ocurre si el libro es muy corto o, aunque extenso, capaz de moverme algo por dentro.

Mientras leo en la cama, mi hermana en la cocina prepara dos tortillas de patata para la cena. Por la ventana veo a mi padre trastear, como muchas tardes, en la habitación donde guarda las cañas de pescar. Y del salón me llega la risa de mi sobrino, que aún no tiene un año y medio, y que aprende con mi madre a encajar las piezas de su puzzle de madera.

Cuando termino el último poema, el olor de la cebolla friéndose se ha extendido ya por toda la casa y es entonces cuando entiendo esa sensación del tiempo detenido a la que se refiere el poeta.

Hasta aceptar, con más o menos naturalidad, que pronto, también nosotros, habremos desaparecido.

martes, 3 de agosto de 2010

72. LA RUTA PNPE 23



A dos mil quinientos metros de altura el frío.
Piedras, pájaros y alguna flor.

A dos mil quinientos metros de altura no hay casi nada.
Sólo lo importante
.

miércoles, 21 de julio de 2010

71. SIN TÍTULO.

A veces pienso en el título de un texto
antes incluso de haberlo escrito:

la historia del niño que cazaba grillos,
el verano en que leí Rayuela,
o está el títere tiritando de frío.

A veces pienso que pierdo el tiempo

distrayéndome en las reuniones,
restando a mis noches horas de sueño

inventando títulos de historias
que probablemente nunca escriba.

lunes, 28 de junio de 2010

70. LA FELICIDAD, OTRA VEZ.


Cada vez que soy feliz, lo primero que hago es ser consciente de que lo estoy siendo. Por ejemplo, cada año, cuando ya muy entrada la primavera cambio la ropa de invierno por la de verano, me digo que ser feliz es mudar las cosas del armario. O cuando, en la frutería, me doy cuenta de que ha empezado la época de los nísperos, me digo que ser feliz es comer la fruta de temporada.

Yo creo que esto tiene una explicación y es que cada día me cuesta más trabajo. No me refiero a identificar esos momentos, sino a vivirlos. Y aunque no debería confesar estas cosas -para no destacarme demasiado- puede ser que no sea yo el único al que le pasen.

La última vez acaba de ser. Estaba partiendo aceitunas negras en rodajas para echárselas al taboulé cuando me he dicho que ser feliz es exactamente eso. Esperarte, mientras preparo la ensalada de cuscús para la cena.

sábado, 26 de junio de 2010

69. MI BARRIO (III)



Una tarde al año mi calle cambia.

Todo empieza lejos con una música
seguida de unas mujeres en moto
con pantalones y el pelo muy corto.

El pitido del claxon de las motos
despierta a más de uno de la siesta
que se asomará detrás del visillo
para saber qué es lo que está pasando.

Decenas de muchachos en camiones
- como si de una carga se tratara-
tapados apenas con un slip
saltan, sudan, beben, cantan, y gritan:

¡En esa ventana hay una lesbiana!

¡En ese balcón hay un maricón!

Mis vecinos se sienten ofendidos
se tapan los ojos para no ver
le echan la culpa de todo al Gobierno
y recuerdan que esto antes no pasaba.



Foto: Mi calle, esta tarde.

miércoles, 16 de junio de 2010

68. MI BARRIO (II).

Aquí la gente agacha la cabeza
o finge ir hablando por el móvil
para no saludar a quien conoce.

Vivo en un bloque de cincuenta pisos
en el que nadie me pregunta nada,
si acaso el buenos días del portero
o el a qué piso va en el ascensor.

Un lugar perfecto para vivir
sin dar demasiadas explicaciones.

domingo, 13 de junio de 2010

67. MI BARRIO (I)



Mi casa está al otro lado de un parque

donde no van niños. Sólo palomas,

mendigos, dueños de perros y perros.


Las palomas anidan en los árboles

o en los balcones de los edificios,

pero mis vecinos quitan los nidos

y arrojan los polluelos al vacío.


Las aceras de mi calle están llenas

de mierda de paloma y de cadáveres.



Foto: La acera de mi calle.

lunes, 7 de junio de 2010

65. PRINCIPIO.

Me gustas por la misma razón que me
gusta entrar en las tiendas de semillas:

porque eres el principio y el origen
el embrión de una felicidad nueva.

Me gustas por tu intenso olor a vida.

martes, 1 de junio de 2010

64. EL ÚLTIMO POEMA

El último poema era un poema triste.

Era un poema sobre un lugar que no existía,
es decir, un lugar en el que por definición
nunca podríamos encontrarnos

Pero resulta que, ahora, el último poema
era sólo el último de los poemas tristes.

63. EL LUGAR QUE NO EXISTE (EL ÚLTIMO POEMA)

El lugar que no existe
es el lugar en el que,
por definición, nunca
podremos encontrarnos.

lunes, 24 de mayo de 2010

62. USTED ESTÁ AQUÍ.

A veces, cuando estoy mucho tiempo escribiendo y borrando, escribiendo y borrando, acabo por jugar al juego de la escritura automática que es algo así como escribir sin pensar en la siguiente frase. Sólo sinceridad, no dejar que la forma limite al fondo o que la preocupación por cómo va a quedar el texto desplace o haga que se me olvide lo que quiero decir.

(Este juego al que a veces juego permite, no obstante, separar el texto en párrafos separados, lo que sin duda agradecerá quien lo lea. Incluso yo mismo cuando, quién sabe si mañana, vuelva a leer lo que he escrito).

Todo esto para contar que la semana pasada fue horrible y que un día, sin embargo, cuando abrí el correo me encontré un mail generado por mi blog que me comunicaba que mi poeta favorita había dejado un comentario en mi entrada de ese día.

A mí esto me hace feliz. Ya sé que no es mucho sobretodo si comparo con la cantidad de preocupaciones con la que también ha empezado esta semana. Algunas de ellas de carácter grave. Pero bueno, ese soy yo. Ya lo he dicho, que por cosas así y no por otras, es por lo que me considero un poeta. (O un gilipollas, dirán algunos. Pues también).

El caso es que en seguida me he acordado de la primera vez que oí a Ana. Entonces yo no tenía este blog, sino un fotolog y recuerdo que aquélla noche escribí sobre ella y sobre sus poemas que a mí me parecieron muy tristes. Tristes y preciosos. Después me he acordado de la segunda vez que la ví, no hace ni un mes, y de cómo Ana volvió a impresionarme con la honestidad brutal de sus textos. Esta vez la culpa era de un poema que se titulaba algo así como "mi padre se llamaba Daniel" en el que relataba, entre otras cosas, como sentía que ya su padre no sujetaba la bicicleta que ella montaba de pequeña.

Yo recuerdo que también mi padre instaló un par de ruedas pequeñas adaptadas a la rueda de atrás de mi primera bici y me doy cuenta de qué diferentes son las cosas ahora, cuando muchos días tengo que subir a una bici con el sillín demasiado alto, sin que los pies me lleguen del todo a los pedales. Me puedo caer. Eso ya lo sé. Pero también sé que si no cojo la bici no llegaré. O llegaré tarde, que puede ser incluso peor.

Pues bien, todo esto lo escribo hoy porque Ana me manda un mail para comunicarme que su nuevo libro -alfabeto de cicatrices- llega la semana que viene a las librerías y me envía una foto de la portada.





Yo no sé si las cicatrices de Ana son de caerse en la bici como las mías, pero a mí la foto de la portada me encanta, porque es un corazón y dentro del corazón hay un cartel que pone "usted está aquí" y claro quién no tiene un usted en su corazón.

Yo sí lo tengo.

Ya sólo queda dar las gracias a Ana, por seguir escribiendo. Por vencer el pudor a desnudarse en cada poema, aunque según ella lo haga para defenderse de sus enemigos, para que no tengan secreto alguno que descubrirle. Porque su poesía es un ejemplo a seguir.

Pues eso, Ana: Gracias

sábado, 15 de mayo de 2010

61. AUNQUE LA GENTE NO NOS ENTIENDA.


Cuando Isabel Bono recuerda algo con nostalgia se siente feliz. Le ocurre con las cosas buenas pero también cuando recuerda las cosas tristes. Por eso la mayoría de la gente no la entiende, aunque ella sí se entiende.

Yo he tardado en reaccionar el tiempo que se tarda en buscar la felicidad en el diccionario. El tiempo necesario para descubrir que la felicidad no es más que el estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.

Y reconocer, entonces, que a mí también me pasa. Y aunque la gente no me entienda, yo sí me entiendo. Sentir que lo ya vivido es lo único que está a salvo y que el pasado es mi único patrimonio.



Foto: Isabel Bono, la poeta que escribe árboles, piedras y pájaros.

domingo, 9 de mayo de 2010

60. SÁBADO POR LA MAÑANA


verte dormir
sentir que has vuelto



Foto: Mi cama con la colcha de los colores vivos. Aquélla que compré en el país de la Alegría.

sábado, 8 de mayo de 2010

59. TU POEMA

Vengo a pedirte perdón,
por no sacar el tiempo
para escribir tu poema

Vengo a pedirte perdón
por no prestar atención
a descubrir tus virtudes

Pero, sobretodo,
vengo a pedirte perdón
porque más allá de las excusas

a mi me falta el talento
necesario para escribir
el poema que tú mereces

miércoles, 5 de mayo de 2010

57. MI ARTE.



Dice Adrienne Rich que arte es cualquier cosa que te permita darte cuenta de nuevo de que este lenguaje expresivo, profundamente instintivo y sin embargo consciente de sí mismo, este proceso regenerador, podría ayudar a salvarte la vida.

Yo no sé si mis fotos, mis poemas, son o no son arte. Lo que sí sé es que a veces son lo último que tengo. Mi única salvación.


(La foto es del pasado lunes)

martes, 4 de mayo de 2010

56. AVISO.

Abro la carta del banco
tras el éxito del primero
me ofertan con grandes letras
su nuevo fondo de inversión.

El asterisco me lleva hasta
la letra pequeña que advierte:
rentabilidades pasadas
no garantizan
rentabilidades futuras.

Yo lo agradezco. El aviso.
Y me lo guardo.

Para cuando se me olvide que
lo que he vivido hasta ahora
no es garantía para saber
lo que vendrá a partir de ahora.

Y es que la vida, al fin,
es un negocio de alto riesgo.

jueves, 25 de marzo de 2010

53. ANA PÉREZ CAÑAMARES.




Cuanto más leo a los demás
más me gusta Ana Pérez Cañamares.



(O el principio del poema que está por escribir).


Foto: Ana, esta noche.

martes, 9 de marzo de 2010

52. TUS OJOS NO ESTÁN HECHOS PARA LLORAR.

Que la muerte no se pase por tu casa.
Que el dolor no llegue ni a rozarte.

Que no descubras lo feo de la vida
ni se empapen de lágrimas tus ojos.

Tus ojos
que no se hicieron para llorar.

lunes, 8 de marzo de 2010

51. POEMA ANTIBIÓTICO. LA BUENA SUERTE DE LOS NÚMEROS CAPICÚAS (IV)





Si me duele la garganta y voy al médico y me dice que es vírico y que no necesito antibióticos no me lo creo.

Si, por eso, vuelvo por la tarde a otro médico y le digo que me mire también los oídos, y que me ausculte y me dice que es vírico, que es normal con tanta lluvia y que no, que no necesito antibióticos, tampoco me lo creo.

Pero si, mientras el médico escribe su receta, miro en su cuaderno y veo que he sido el paciente número cuarenta y cuatro de esta tarde, me aferro a mi teoría de la buena suerte de los números capicúas y entonces, ya sí, estoy completamente seguro de que pronto me sentiré mucho mejor.

Por cosas así –no por otras- me declaro poeta.

domingo, 28 de febrero de 2010

50. EL FIN DEL MUNDO, TRES.


Hay un fin que es término y que a mí –ya lo he dicho- no me gusta nada.

Hay otro fin que es límite, el último pedazo de tierra firme. El lugar donde me encuentro.


Y está, por fin, el fin que es motivo, la razón de haber llegado hasta aquí y la razón de querer quedarse.

El motivo es mi próximo cuento. Se titula “la historia del fin del mundo”. No está previsto que la publique en breve, más que nada porque se trata de una historia que se escribe a cuatro manos y en la que cada día surge un nuevo capítulo.

Lo que sí puedo asegurar es que se parece mucho a un cuento de Saramago que leí hace tiempo pero que nunca se me olvida. Es un cuento de islas (como no) y ahí os regalo un trocito:


Rey: ¿Y tú para qué quieres un barco, si puede saberse?

Hombre: Para buscar la isla desconocida.

Rey:(Disimulando la risa, como si tuviese enfrente a un loco de atar, de los que tienen manías de navegaciones, a quien no sería bueno contrariar así de entrada) ¿Qué isla desconocida?

Hombre: La isla desconocida.

Rey: Hombre, ya no hay islas desconocidas.

Hombre: ¿Quién te ha dicho, rey, que ya no hay islas desconocidas?

Rey: Están todas en los mapas.

Hombre: En los mapas están sólo las islas conocidas.

Rey: Y qué isla desconocida es esa que tú buscas.

Hombre: Si te lo pudiese decir, entonces no sería desconocida.

Rey: (Ahora más serio) ¿A quién has oído hablar de ella.

Hombre: A nadie.

Rey: En ese caso, ¿por qué te empeñas en decir que ella existe?

Hombre: Simplemente porque es imposible que no exista una isla desconocida.


(La foto es de anoche)

jueves, 25 de febrero de 2010

49. EL FIN DEL MUNDO, DOS.



Yo siempre he sido muy islófilo aunque, si islófilo no fuera una palabra que venga recogida en el diccionario, rectifico y digo que yo siempre he sentido una atracción muy fuerte hacia las islas. Quizá porque, a veces, yo mismo me siento una isla en medio de un mar de no se qué continente.

Esa fue una de las razones por las que, hace ahora dos años, la intuición me llevó a viajar hasta la isla del fin del mundo. Una vez allí, la intuición se convirtió en certeza y entonces ocurrió un hecho insólito: Pese a ser una isla pequeña, que podía visitarse en poco tiempo, decidí caminar despacio para no verla entera, buscando así una excusa para volver.

Esta noche, a punto de regresar a mi isla, vuelvo a sentir que la razón del viaje no es todo lo que ya he visto, sino lo mucho que me queda por descubrir.



(La fotografía, que tomé hace ahora dos años en la isla, es del que dicen que es el Hotel más pequeño del mundo)

martes, 23 de febrero de 2010

48. EL FIN DEL MUNDO.

Mi compañero de piso está completamente seguro de que en el 2012 se acaba el mundo porque ese año, por lo visto, está previsto que se alineen una serie de planetas con la luna y él se acuerda de un documental que vio una vez en el que demostraban que esa y no otra era la señal.

Yo le digo que deje ya de recordármelo porque sólo consigue que me ponga de muy mal humor. Y sobretodo en esta época de mi vida, en la que fantaseo con ser una ballena de groenlandia y así vivir hasta los 210 años.

Y es que, si el mundo se acaba, nos acabamos nosotros. Y yo, entonces, prefiero fantasear con ser una mosca a la que, con una esperanza de vida máxima de 30 días, poco le importa lo que pase el mes que viene.

domingo, 21 de febrero de 2010

47. SÓLO TU ABRAZO.



Hay nubes que adoptan formas propias
de órganos vitales.

Hay besos que, por sí solos, bastan para llenar
cualquier poema.

Hay mañanas en las que sólo tu abrazo
me reconcilia con la vida.

lunes, 15 de febrero de 2010

46. EL MUNDO AL REVÉS.



Hoy le he dicho a la medico de urgencias que prefería no ponerme la inyección con el analgésico y el relajante muscular, por miedo a las agujas.

Esto era verdad, pero la razón última es que no me apetecía que las tres chicas de la enfermería me vieran el culo porque hoy, además, llevaba unos calzoncillos de esos abanderado blancos con las gomillas gastadas. Al final les he puesto el culo y me he acordado de mi madre y de las razones que a los de mi generación nos daban de pequeños para ciudar la elección de la ropa interior y que, casi siempre, tenían que ver con accidentes y con consultas médicas en la puerta de urgencias de algún hospital.

Luego en la farmacia, comprando el resto del tratamiento, se me ha caído el paraguas que había apoyado en el mostrador. Ni siquiera he intentado agacharme a por él. He mirado a una señora que esperaba su turno y le he explicado que me acababan de diagnosticar una lumbalgia y que si no le importaba recogermelo. La señora se ha agachado ágil a por el paraguas y con una esplendida sonrisa me ha comentado que claro que no le importaba, pero que la solución estaba en colgárselo del antebrazo para que así no se me volviera a caer.

Luego, la señora me ha confesado que tenía 78 años y entonces yo he pensado en que este episodio debería titularse "el mundo al revés" al estilo de aquélla canción que cantábamos de niños y que era algo así como que había una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos y que había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado.

El caso es que no he podido evitar acercarme a la señora, darle las gracias y plantarle un plan de besos. Ella se ha mostrado encantada y habrá pensado que yo era un pobre huérfano y que en realidad mis besos iban dirigidos a la madre que nunca tuve. Yo, por mi parte, no he querido desmentirle nada, porque también he pensado que quizá ella ha visto en mí al hijo que nunca tuvo o que habiéndolo tenido ya se olvidó de ella.

Pero mis besos no eran sino de agradecimiento. Por recoger el paraguas del suelo, por la sonrisa con que lo hizo y, sobre todo, por haberme dado la oportunidad de ponerme en el lugar de una persona de casi ochenta años, y experimentar cómo se debe sentir cada vez que una persona es amable con ella.

domingo, 14 de febrero de 2010

45.HOY HA SIDO DOMINGO.



Hay una poeta, que me gusta mucho y que se llama Isabel Bono. A veces leo su blog pero no le dejo ningún comentario. Más que nada porque yo creo que los tiene deshabilitados, aunque puede ser que sea yo el que no sepa como hacerlo.

Además de su poesía, me gusta mucho el formato de su blog y cómo va contando las historias que le pasan cada día. Aunque yo muchas veces pienso que Isabel lo que escribe no son las cosas que le pasan sino las cosas que sueña, porque por ejemplo hoy cuenta que ha estado con su madre pegando carteles de Massiel por las calles y que, mientras tanto, ella (la cantante) se hacía unos largos en una piscina.

Lo mejor que hago es que cuando la vuelva a ver se lo pregunto, porque además ella tiene cara de ser una buena persona y estoy seguro de que mi pregunta no le va a molestar.

Todo esto era para llegar a que a mí hoy me gustaría tener un blog al estilo de Isabel y así contar mi día de hoy.

Entonces diría que hoy he tirado a la basura el disco de esclarecidos, sobretodo por la canción titulada “por amor al comercio” y por la gilipollez esa del dolor de cabeza que les protege cada noche. Después he desayunado y me he dado cuenta de que sólo quedaban tres naranjas y que, por mucho que las exprima, de ahí no salen dos zumos para mañana.

Explicaría que como hoy era el jodido día de los enamorados he buscado mi corazón y se lo he enviado, como cada año, a mi amiga de Barcelona.

Luego contaría que en la piscina un hombre pelirrojo y su hijo también pelirrojo, aunque menos, se duchaban a mi lado y yo me he preguntado si el chaval alguna vez habrá odiado a su padre porque gracias a él tiene el pubis rojo y no negro como el resto de sus compañeros de clase.

Y finalizaría explicando que hoy ha sido domingo y que mañana, además de ibuprofeno, voy a necesitar una razón para poder soportarlo.

sábado, 13 de febrero de 2010

44. LAS RATAS.

Algunas noches sueño que las ratas se meten en mi cama;
trepan por las patas y sin darme tiempo a reaccionar
se cuelan con facilidad entre el colchón y las sábanas.

Paralizado por el asco, siento cómo clavan sus dientes,
con rabia, destruyendo uno a uno todos mis órganos.
Sólo queda indemne una parte pequeña en el estómago,
allí donde se instalan las ganas irrefrenables de vomitar.

Ya por la mañana, si pese al deterioro consigo levantarme,
una desgana crónica se apodera de mí. Me miro en el espejo
y, sin grandes esperanzas, me pregunto si tendrá arreglo,
si volverá a funcionar, mi corazón mordido por las ratas.

lunes, 8 de febrero de 2010

43. EN EL FONDO.



Hay una ciudad, al noroeste, donde nunca sale el sol
o eso es, al menos, lo que va diciendo por ahí la gente.

Pero yo que he estado en esa ciudad y que ya he vuelto,
aseguro que, si no salió, fue sólo porque no era necesario.

Y que cuando las nubes, por fin, se quitaron de en medio
supimos que detrás, en el fondo, el sol siempre estuvo allí.

sábado, 6 de febrero de 2010

42. LA BUENA SUERTE DE LOS NÚMEROS CAPICÚAS (III).


De las 173 puertas de embarque que hay en la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas, sólo 17 son capicúas (H11, H22, H33, J44, J55, K66, K77, K88, M22, M33, M44, R11, S22, S33, S44, U55 y U66). Quizá algún día, si pierdes una conexión aérea, te de tiempo a contarlas.

Llegar tarde a tu vuelo es un engorro. Pero si en el vuelo siguiente, cuatro horas más tarde, descubres que el número de la puerta de embarque es capicúa, entonces, puede ser tu día de suerte.

martes, 2 de febrero de 2010

40. LA BUENA SUERTE DE LOS NÚMEROS CAPICÚAS (II).



Además de escribir, los poetas suelen trabajar hasta que pueden vivir de la poesía, lo que, en la mayoría de los casos, nunca llega a ocurrir.

Mi último viaje de negocios iba muy bien hasta que el camarero nos trajo la cuenta del café y, entonces, todo empezó a ir mejor. El tique del desayuno confirmaba que la primera de las reuniones se había desarrollado en la mesa número once.

La teoría de la buena suerte de los números capicúas, aunque funciona, no ha sido contrastada científicamente. Más que nada porque yo mismo la inventé el jueves pasado.

Ya en el hotel, cada habitación se distinguía del resto por llevar el nombre de un personaje ilustre de la ciudad. En la segunda planta, al fondo del pasillo, mi habitación tampoco tenía número, pero de haberlo tenido (...)

Bueno, ya sabes.

viernes, 29 de enero de 2010

38. LA BUENA SUERTE DE LOS NÚMEROS CAPICÚAS.


Señores clientes:

Les anunciamos que en la mesa número veintidós está comenzando una (...) historia de amor.

Los protagonistas, sin embargo, no encuentran un adjetivo para su historia y, mientras negocian diferentes expresiones, solicitan a la voz en off que pida ayuda por megafonía.

martes, 26 de enero de 2010

37. LA FANTÁSTICA HISTORIA DE LOS YOGURES SIAMESES




Ayer, en la sobremesa, no pudimos separar dos yogures de un pack de cuatro. Tras varios intentos, optamos por comerlos por turnos; una cucharada de melocotón tú, una cucharada de albaricoque yo.

Este acontecimiento, además de constituir una señal inequívoca, me sirvió de excusa para pasar el resto de la tarde estudiando las ventajas e inconvenientes de la unión de dos cuerpos.

Para, ya en la cama, llegar a la conclusión de que eso, en sí mismo, ni es bueno ni es malo sino que dependerá, más bien, del tipo de unión que exista entre los cuerpos.

domingo, 24 de enero de 2010

36. SPRINGFIELD 1891.

El baloncesto surgió en el norte de Estados Unidos, el 17 de diciembre de 1891, como una respuesta a la necesidad de realizar alguna actividad deportiva durante el invierno. Ciento dieciocho años más tarde llegaste tú.


Viniste para llevarte el frío.

Pusiste a trabajar
mis músculos involuntarios.

Considera muy seriamente
la posibilidad de quedarte.

Que el corazón, a cuatro tiempos,
ya no quiere que te marches,
cualquier día, como el invierno.


domingo, 17 de enero de 2010

35. SUPERVIVIENTES.


Mientras miles de haitianos deambulan, medio muertos, por las noches de Puerto Príncipe, nosotros dormimos la siesta.

Mientras miles de haitianos se descomponen, ya muertos, por las calles de Puerto Príncipe, mi semen se descompone en tu pecho.

Y aunque el enviado especial asegura que Haití ya no existe, tu abrazo, como ayuda humanitaria, alivia la tarde de este domingo.

martes, 12 de enero de 2010

jueves, 7 de enero de 2010

33. TARDE DE REYES.


Decir que los Reyes me han dejado carbón
no sería del todo cierto ni justo para ellos,
pues este año, otra vez, me han traído Nada.

Yo he esperado hasta el último momento
el carbón o el chocolate con almendras
que solías traerme, antes de Navidad,
al regresar, por la tarde, cada domingo.

Sin admitir que hoy, aunque festivo,
no es domingo y que, probablemente,
no hayas pensado que te estaba esperando.

miércoles, 6 de enero de 2010

32. AYER.


Aprovecho la opción "responder a todos" que me ofrece el mensaje para deciros algo que, uno por uno, quizá no me atrevería.

Y es que me encanta estar con vosotros. Mucho o poco tiempo. De forma casual o premeditadamente.

No voy a tratar de explicar por qué; que a veces las palabras pueden limitar los significados de un sentimiento.

Prefiero quedarme con la sonrisa, con el abrazo. Con ese regustillo que, al despedirse, sabe que ha merecido la pena.

sábado, 2 de enero de 2010

31. DECLARACIÓN.

Estudiar cada movimiento
cada detalle, mirada o gesto
en busca de algún indicio
ya no es suficiente.

Ahora preciso de las palabras.

Una declaración expresa
como se declaran las guerras o
los estados de alarma, excepción y sitio.

Una declaración en toda regla
como se declara el Impuesto
de la Renta de las Personas Físicas.

Una declaración patente
como se declara un incendio.

Una declaración de amor
como se declara el amor.