lunes, 3 de abril de 2017

414.EL REY.

Conocí a Antonio Gómez en el verano de 2011. Fue en Berlín, en la sede del Instituto Cervantes, donde se celebraba la exposición itinerante Escrituras en libertad. Poesía experimental española e hispanoamericana del siglo XX. Allí fue donde Casi sin palabras llamó poderosamente mi atención.

A los poco meses volví a conocerlo, esta vez en persona. Fue en el Encuentro Internacional de Editores Independientes, EDITA, celebrado en Punta Umbría (Huelva). Después vinieron los encuentros de Poesía Visual celebrados en Peñarroya-Pueblo Nuevo (Córdoba), y los encuentros de Voces del Extremo en Moguer. Entre tanto ocurrió el arte correo y la coexistencia en el interior de algunas carpetas ensambladas. Y las conversaciones y, con ellas, el intercambio de información y sus buenos consejos.

Ahora podría extenderme sobre aspectos de su obra que cualquiera puede conocer. Pero no. Sólo diré que Antonio es una de las personas más generosas que conozco. Y una de las personas más humildes que conozco. En resumen, una de las personas más buenas que conozco.

Y que es el Rey. De esto estoy seguro. Antonio Gómez es el Rey.